El Libro de Sitges de Ramon Planes recoge las palabras de Santiago Rusiñol que explican cómo y por qué se enamoró de Sitges. Un texto de 1892 que encontramos fragmentado en la placa de la escultura que representa los dos artistas situada en el Paseo de la Ribera de Sitges y que aquí os dejamos íntegro.
"Pues bien, yo amigos míos, iba caminando por el mundo, siguiendo terreno, saltando torrentes y barrancos, cuando un día vi una tierra donde hacía más sol que en los demás lugares, donde el cielo era más azul, el mar más azul también, las casas eran blancas y sin nieve, y todo era verde y florido,e hice alto. Quise ver de cerca lo que tan bonito era de lejos, quise seguir aquella playa donde la espuma, siempre va y viene meciéndose eternamente, y sentir la voz de aquel mar que habla con voz de olas, diciendo cosas que vienen de muy adentro y entran más adentro aún de quien las quiere escuchar.
Y no tuve suficiente con ver lo que desde fuera se veía. Quise entrar en estos patios llenos de luz, donde la sombra nunca entra, y darme cabida en aquellos rinconcitos blancos y azules, en cada uno de ellos encontré un amigo que me recibía sonriente, que me alargaba la mano, y me la apretaba con aprecio, y se le pintaba en la cara la nobleza de su corazón. Entonces me sentí ligado por los lazos que no venía buscar. Venía a buscar paisajes y me llevo afecciones. Venía a ver el mar, y un mar he encontrado de gente honrada, alegre de labios y serio de dentro. Venía, como las mariposas a la luz, y he caído en el fuego de la amistad.
Pero lo que no dirán mis cuadros lo diré yo, y lo diré muy alto, para que me oiga todo el mundo, y lo diré con el pecho lleno de entusiasmo: que en Francia podrán tener muchos millones, pero nunca podrán comprar una tierra como ésta, donde es malvasía el vino, oro la costa, claridad el cielo, fuego las mujeres, y todo sumergido en una atmósfera de vida y amistad ".
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